Dehesa de Luna, Finca Reserva de Biodiversidad, comenzó su andadura en el año 2001 con la plantación del primer viñedo del que nació el vino Pago de Luna y que hoy es Orígenes, el vino que «es una historia de muchas historias y es nuestro vino estandarte» como lo define José Luis Asenjo, director técnico de la bodega.
Dehesa de Luna Orígenes 2015 es el vino de mayor producción de la bodega y para su elaboración se han utilizado las variedades Tempranillo, Cabernet Sauvignon y Syrah —seleccionados de dos de los tres viñedos creados en Finca Dehesa de Luna– El Viñazo y La Mata de la Culebra.
Es un vino redondo y muy placentero que ha permanecido seis meses en barricas de 225 litros de roble francés (90%) y americano (10%). Es el resultado de años de trabajo en la viña y en la bodega para conseguir el vino idóneo para el consumidor que, sin prejuicio alguno, busca vinos en los que encontrar autenticidad.
Dehesa de Luna Orígenes, como todos los vinos de la bodega, se ha mimado y cuidado mucho antes de salir al mercado. Su cambio de nombre se une a su nueva etiqueta en la que se ha plasmado una imagen que se disfruta en el paisaje de Dehesa de Luna: una bandada de perdices rojas que son símbolo de la Finca y que durante milenios se han asentado en esta zona para ya no abandonarla.
Dehesa de Luna, Finca Reserva de Biodiversidad, ocupa 3000 hectáreas habitadas también por fauna autóctona como águilas imperiales, avutardas y perdices rojas, entre otras especies. Por este motivo, cada etiqueta y cada vino muestra al mundo la fauna que convive con el viñedo de Dehesa de Luna.
Un ave, un vino. El vino Gran Luna está representado por el águila imperial, la obra de arte de la bodega. En Dehesa de Luna Graciano, el milano real es el protagonista de los días de invierno. Y el vino blanco Dehesa de Luna Garnacha Blanca va unido al halcón peregrino, el ave rapaz que destaca por su extrema rapidez.
PVP: 8,50€.
© Javier G. Paradelo
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