«Rioja es la suma de muchas singularidades, de microclimas diferentes, diversidad de suelos y formas distintas de trabajar entre los pueblos. Queremos representar el terroir de Leza, entendido como la conjunción del clima, el suelo con su microbiología, la viticultura, el paisanaje y el ecosistema que rodea al viñedo», destaca Juan Antonio Leza, viticultor.
Cerro Las Cuevas nace en viejos vasos de unos 80 años de Tempranillo (95 por ciento aproximadamente) con un pequeño aporte de Graciano (5 por ciento), cultivados en pequeñas parcelas en el pueblo de Leza, al pie de la Sierra Cantabria, enclave donde se registra la mayor precipitación en toda este área, y con marcada presencia de nieblas en otoño y primavera.
El paisaje lo conforman laderas orientadas al Sur y suaves mesetas, donde el viñedo se entremezcla con viejos robles, madroños, coscojas y tomillos. «Esta vegetación espontánea es indicadora de la marcada influencia atlántica en el clima del lugar, lo que contribuye netamente al frescor y equilibro del vino. Los suelos son pobres, de gran contenido calizo, de los que se obtienen vinos estructurados y con una excepcional trama tánica. Nace así un vino de pueblo en el terruño mítico de Rioja», destaca Juan Antonio Leza.
Leza es un uno de los puntos de la DOCa. Rioja donde más días transcurren entre el inicio del envero y la vendimia, un indicativo de la maduración pausada de la uva en este enclave. David González, enólogo de Gómez Cruzado, subraya las características beneficiosas del terroir. «Trabajamos en un enclave, Leza, donde podemos esperar a alcanzar la maduración fenólica completa del Tempranillo sin que la uva se desequilibre en grado alcohólico, gracias a que la las condiciones climáticas, la influencia Atlántica, nos permiten mantener la frescura».
«Al igual que 2013, la 2014 fue una añada complicada, debido a las lluvias que tuvieron lugar la última parte de la vendimia. Es en estos años donde se expresa la grandeza de los terroirs privilegiados, como es el caso del pueblo de Leza. Años frescos, con climatología límite, en los que, con adecuado trabajo en viñedo, se consiguen uvas con equilibrio perfecto. Buena acidez, perfecta maduración de taninos y frescura aromática», define David González.
Cerro Las Cuevas 2014 se muestra muy intenso en nariz, con expresión de fruta negra: arándanos, mora... También ofrece aromas a regaliz y notas procedentes del suelo (tiza). En boca es amplio, pleno, corpulento pero con buena acidez que lo vertebra y le da longitud. Potencia, complejidad y finura se conjugan.
Cerro Las Cuevas se elabora por el método tradicional, con fermentación en depósito abierto de inoxidable y el uso de levadura autóctona. Se efectúan suaves bazuqueos para la extracción controlada de compuestos nobles del hollejo. La fermentación maloláctica la realiza en barrica de roble francés, con tostado especialmente elegido para no interferir en la pureza de la expresión original de la fruta. Posteriormente envejece 18 meses en barrica de roble francés, con un año en botella antes de ver la luz.
Cerro Las Cuevas acompaña en la Selección Terroir a Pancrudo, vino de Badarán, localidad del valle del Alto Najerilla en Rioja Alta, y a Montes Obarenes, blanco de viñedos de Haro, resultado de un intenso trabajo en bodega de larga crianza, que homenajea a los grandes blancos históricos de Rioja desde el respeto al carácter frutal y la voluntad de ser un vino que nace para perdurar en el tiempo.
Con la Selección Terroir de vinos de pueblos, Gómez Cruzado quiere elaborar vinos con apego al terruño, enraizados en el paisaje y paisanaje de zonas privilegiadas de Rioja.
© Javier G. Paradelo
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