Este cava goza de un expresivo color dorado que mantiene las tonalidades pálidas a pesar de su larga crianza de 42 meses de media en botella. Su espléndida efervescencia genera múltiples cordones de efímeras burbujas que ascienden hasta formar una corona estable. Penetrante, complejo, alegre y muy fresco.
Así es este cava que sorprende a los paladares más exquisitos y que, siendo un Gran Reserva, conserva una enorme frescura donde se distinguen las notas de flores blancas y frutas carnosas. Su complejidad crece progresivamente y muy pronto aparecen ligeros aromas tostados y fondos de miel. En boca es intenso, sugerente y sumamente agradable.
Su efervescencia acaricia el paladar mostrando la cremosidad de su espuma. Untuoso y muy persistente, se despide dejando los aromas más delicados y profundos.
© Javier Paradelo
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