En esta ocasión se planteaba la visita a Navarredondilla, un pequeño pueblo de Ávila rodeado de viñedos viejos de Garnacha. La entrada a Navarredondilla no anuncia la potencia vitivinícola de la zona, y guarda a simple vista, interesantes secretos.
La zona está definida por pequeñas parcelas con dimensiones mayoritariamente por debajo de la hectárea, de viñedos viejos, algunos lamentablemente abandonados por la huida de las ultimas generaciones de vecinos a la ciudad, que ha derivado en un abandono de las tierras de labor. Una diáspora a la gran ciudad que deja huérfanos de jóvenes nuestros paisajes rurales, segando de brazos fuertes las viñas.
Alfredo Maestro, vecino de la gran urbe, que guarda dentro el alma de un labriego viejo castellano, decidió poner a trabajar sus manos en la recuperación de algunos de esos viñedos abandonados de Garnacha, resucitando en las parcelas el espíritu recio de los vinos de la sierra.
Para esta labor decidió apostar por técnicas de recuperación del viñedo que no interfirieran en las cualidades naturales del suelo, respetando su condición original. Así se fue acercando a la filosofía biodinámica, y digo filosofía y no agricultura, no solo porque el creador de esta corriente de pensamiento, Rudolf Steiner, fuera filósofo, sino porque con Alfredo he comprendido que la base fundamental de la agricultura biodinámica esta dentro de cada uno de los agricultores.
Me da igual que los cuernos llenos de mierda, la paja que tira sobre el compost natural, las veces que bate el agua para conformar el caos que le devuelva al orden, el suero de cabra que fumiga.. me da igual que esto funcione o no, no lo sé.
Pero lo que funciona seguro es el hombre sentado pacientemente bajo un árbol, frente al pequeño majuelo agitando agua dentro de un cubo, la sutilidad de verle arar la tierra con su caballo 8 buscando no romper el subsuelo. Veo a Alfredo sentado mirando el viñedo como esperando que le hable, enterrando los cuernos llenos de mierda, le veo cubrirlos con la tierra y hablarlos para que ayuden a su viña.
La Agricultura Biodinámica es una corriente de pensamiento que une al hombre con su tierra y a esta con el universo, es una idea de respeto, de orden, de vuelta a mirar hacia arriba, hacia las estrellas, para darse cuenta de lo pequeños que somos. Para mi eso es suficiente para entender que esos vinos serán especiales, seguramente únicos.
© Roberto García Corona
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