La bodega Abadal recibe el otoño con una ambiciosa oferta de enoturismo centrada en el territorio y el patrimonio vitivinícola del Bages. Una propuesta por la identidad de la zona que nace de las raíces de la bodega y de la familia Roqueta, establecida en la región desde el siglo XII.
Abadal pone a disposición de los amantes del vino una gran variedad de actividades enológicas para todas las edades y gustos. Orgullosos de su tierra y comprometidos con el territorio, la bodega busca compartir con los visitantes su pasión por el vino a través de rutas por las múltiples barracas de viña —construcciones de piedra seca centenarias que abrazan la viña de Abadal—, disfrutar del Bages desde una nueva perspectiva en avioneta o en globo, visitas guiadas y cenas en la bodega, degustaciones personalizadas, maridajes con productos de proximidad, sesiones de vinoterapia y, para los que quieran convertirse en enólogos por un día, se ofrece la actividad Wine Creation, donde se aprende a elaborar un vino propio y las técnicas básicas para apreciarlo.
Además, para que los más pequeños de la casa también puedan disfrutar, se les invita a conocer el mundo del vino a través de cuentos, excursiones, juegos y actividades en la bodega, con una degustación de mosto incluida.
Abadal, viña y paisaje del Bages
Abadal se funda en el año 1083 en honor a las raíces y a la tradición vitivinícola de la familia Roqueta al territorio -el Bages- y con el firme compromiso de elaborar vinos que expresen la singularidad de la tierra y la den a conocer al mundo. En su apuesta por el territorio como camino de diferenciación e identidad, Abadal trabaja para recuperar la tradición vitícola de la zona con innovación y modernidad.
© Javier G. Paradelo
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